Es el día perfecto para dejarse llevar, para prender fuego a los puentes y barcos, y otras palabras aburridas que ya conoces. Es el día perfecto para fingir, para levantarse con una sonrisa y sin dudas, para reír a carcajadas, sonreír, reírse a lo tonto, brincar, saltar y cantar y gritar. Es el día perfecto para besar y crecer, para bajarse la cremallera, desabrocharse los botones, besarse y bueno...hay otro tipo de cosas que pueden hacerte gritar. Es el día perfecto para meter la pata, para bailar como si no escuchases el ritmo, y no te importasen ni siquiera tus pies. Es el día perfecto para crecer, olvidando todas tus preocupaciones, tu vida y todo lo que te hace llorar. Es el día perfecto para que los sueños se hagan realidad para pensar a lo grande y hacer todo lo que quieras hacer.