miércoles, 13 de junio de 2007

Así terminó todo.

Todo terminó en aquel momento, el arte, el sexo, el amor, la alegría. Mi primera muerte se tomó más tiempo. Los restos de mi antigua inocencia, de mi antigua esperanza, se irían extinguiendo poco a poco, gota a gota, durante una agonía tan larga como aquel verano, el plazo que mi vida necesitaba para convertirse en un simulacro inaceptable de mi vida. Nada parecía aún demasiado grave, sin embargo. El día que se marchó, le ayudé a hacer la maleta, comimos juntos, echamos un apresurado y casi festivo polvo de fin de carrera, y no paró de decirme que me quería. Cuando le acompañé a la estación, ninguno de los dos teníamos ganas de hablar, pero él parecía tranquilo. Por eso no nos despedimos del todo, no para siempre, y yo sólo quise hacerle una pregunta.

-¿Qué va a pasar?
-No lo sé- me contestó-. Tengo que pensarlo. Necesito tiempo para pensar, pero al final se me ocurrirá algo, seguro, ya lo sabes. Siempre se me ocurre algo.

Volvió a decirme que me quería, y se marchó, y ya no le vi más. Su imaginación falló por fin, falló su astucia, su oportunismo genial y carroñero, su talento para resolver con brillantez situaciones imposibles. Yo nunca le fallé, pero eso no fue bastante.

"Castillos de Cartón"

2 comentarios:

lu dijo...

vale, me apunto ese libro que tiene buena pinta!

cuando lo acabes, tienes que leer Algo tan partecido al amor en serio, genial.

Te copio el "si fuera..." para un próximo blog cualquiera jajaja


muuuaa!!

P.D. la placita de toros nos está esperando un verano más jiji

*Laura* dijo...

Tia yo he abandonado a "almu", mas que de hielo el corazon tendria q ser de piedra porque la leche lo que pesa....asi que he decidido cambiarlo por otro de 704 pag...

Este al menos tiene sangrias y margenes por lo que en leer una pagina no tardo 10 min.

Cuando lo termine lo mismo me lanzo al carton ;)